El amor ‘mató’ a dos universitarios
REDACCION JUDICIAL
SAN GIL
El amor que algún día unió a Luis José Luengas López, de 20 años, y a Sara Yesenia Díaz Durán, de 22, terminó ayer en un horrendo crimen pasional. El joven universitario no soportó que su ex novia le insistiera que no quería nada más con él y que si seguía asediándola, se iría de San Gil para no verlo más. Cegado por la frustración, el pasado miércoles a las 10:50 p.m. la asesinó a ella y luego se suicidó.
Comenzó a tejerse la tragedia
La historia de este amor que no pudo ser, venía de un año atrás, según contaron los familiares de Luis José, así como los vecinos y familiares de Sarita, como era conocida la joven en el Barrio Altamira, donde vivía.
Los muchachos se conocieron en mayo de 2006 e inicialmente habrían tenido un romance. Sin embargo, a los pocos meses Sara Yesenia empezó a decirle a su novio que terminaran, que no era posible que siguieran juntos. No obstante, Luis José se resistió a finalizar la relación y continuó buscándola.
Los encuentros cada vez se tornaban más difíciles, según cuenta la familia, porque ella lo rechazaba y él insistía. Incluso hace unos 20 días, ante el asedio, Sara Yesenia lo demandó para que no se le acercara más.
El día del final
El pasado miércoles en la tarde, Sara Yesenia fue hasta la casa de Luis José en la carrera 8 con calle 19, del barrio El Vergel y en presencia de la progenitora del muchacho, Carmen López, le dijo que definitivamente o se alejaba de ella o se iba de San Gil para que no pudiera buscarla más.
Luego de esa sentencia, ella salió de la vivienda y se fue a sus clases en el Sena donde estudiaba Agroecología todas las noches. Eso fue a las 5:00 p.m., según el relato del papá, Luis José Luengas.
A las 7:00 p.m., Luis José salió de la casa y dijo que se iba a encontrar con una persona. Al papá le pidió dinero para comprar un chicle.
Una amiga de José Luis, dijo que a las 8:00 p.m. la llamó para contarle algo urgente, pero ella no pudo atenderlo porque estaba trabajando.
A las 10:00 p.m. Sara Yesenia salió de clase y se fue a pie hasta su casa en compañía de Jenny Carreño, su amiga. Cuando ya le faltaban 3 cuadras para llegar, en la calle 7 con carrera 7 Luis José salió al paso y le dijo que si no era para él, no era para nadie. Entonces sacó un revólver y le disparó.
Intentó correr
De acuerdo con la versión de los vecinos, el primer impacto no le dio en el cuerpo y por eso ella corrió, pero él iba detrás hasta que en la esquina de la carrera 7 con calle 5 la alcanzó y le disparó dos veces. Uno de estos tiros le entró por la clavícula iz-quierda y le salió por el abdomen, y fue mortal. A pesar de que rápidamente fue llevada al Hospital, nada pudieron hacer para salvarla.
¿Quiénes eran los muchachos?
Sara Yesenia Díaz Rueda, era la mayor de tres hermanos, del hogar de Hernando Díaz y Martha Rueda, y hermana de Alex y John. Terminó el bachillerato en 2004 en el colegio de Nuestra Señora de La Presentación, y estudiaba Agroecología, en el SENA.
José Luis Luengas López, era el menor de 3 hermanos del hogar de Luis José Luengas y Carmen López, y hermano de Jacqueline y Wilson. Era bachiller de Cedefoc y estudiaba Ingeniería Electrónica en Unisangil. Además era guitarrista y tocaba con el Mariachi de Mi Tierra, con el maestro Javier González.
Y se suicidó
En el sector había una patrulla de la Policía que al escuchar los disparos llegó al lugar y alcanzaron a ver al joven, cuando corría por la calle 5 hacia la carrera 8. La patrulla no pudo seguirlo porque la calle está destapada (le van a cambiar el empedrado) y por eso tuvo que dar la vuelta por la calle 4. Sin embargo, cuando los policías llegaron a la carrera 8 con calle 5 se escuchó otro disparo. Era Luis José, quien desesperado se disparó en la sien y así acabó con su vida.
El muchacho, quedó tirado en el piso, frente al número 5-30.
La voz del experto: Flor Ángela Ortiz. Sicóloga Clínica
Los crímenes pasionales evidencian un problema de salud mental. Comportamientos individuales como dificultad económica, problemas en la relación de pareja, violencia intrafamiliar, consumo de sustancias sicoactivas, agresividad, dominación, maltrato, celos y rechazo, derivan en acciones irracionales.
La Sicóloga afirma que no hay justificación para este tipo de comportamientos violentos. “Debe existir algún trastorno mental que la persona y su entorno desconocen. Es tanto el deterioro mental, que hace que la persona anule la racionalidad y reaccione de manera descoordinada” dijo.
Ortiz también describe la conducta del agresor, que, por lo general, termina suicidándose. “El sentimiento de culpa es grande y de una u otra forma el asesino sabe que no podrá asumir las consecuencias de sus hechos, por esta razón se quita la vida. Son héroes de su propia historia y deben dejar su huella”, afirma.
En su concepto, la a mayoría de los crímenes son programados. “Para ellos es la mejor solución a todo, por ello el pensamiento de ‘si no eres mía no serás de nadie’”. “Para prevenir estos casos es necesario crear programas de prevención para sensibilizar a niños, mujeres y comunidad en general y enseñarles a denunciar todo tipo de maltrato, así como a prestar atención a señales de alerta, aún cuando estas sean mínimas”.